Bariloche: capital nacional del turismo aventura de Argentina
16.02.18.- La ciudad de Bariloche ubicada en la Patagonia Argentina ofrece un sinfín de actividades extremas, pero su principal atractivo son los centros de esquí por los que ha sido considerada como el segundo destino de esquí a nivel mundial y el más grande de América del Sur.
Sus reservas naturales, que incluyen lagos, bosques y montañas, permiten además la práctica de deportes como escalada, kayaks, kitesurf, ciclismo, parapente, rafting, buceo y paseos a caballo. Es por esto que el 28 de noviembre de 2012 el Congreso Nacional Argentino declaró a Bariloche Capital Nacional del Turismo Aventura.
Destino de esquí
En temporada de invierno Bariloche es uno de los mayores atractivos turísticos del país por su oferta de esquí, snowboard y paseos en trineo, gracias a las suaves pendientes y bosques que brindan sus cerros. Los centros de esquí más importantes de la ciudad son el cerro Catedral y el cerro Otto donde se practica esquí nórdico.
Otra forma de conocer la ciudad ubicada en la provincia de Río Negro es con motos de nieve, una actividad divertida y segura que permite recorrer los impresionantes paisajes de la zona.
Fuera de la nieve
El agua de los ríos y lagos es fría en toda época, sin embargo durante los meses de verano mucha gente acude a las playas soleadas del Nahuel Huapi, que con su intenso color azul y sus islas, invita al turista a practicar actividades como el kayak que le permiten descubrir paisajes majestuosos con los impresionantes cerros nevados de fondo.
Para los más intrépidos, Bariloche promete una experiencia llena de adrenalina a través del rafting, que cuenta con diferentes grados de dificultad, a través del recorrido de los inmensos bosques que se aprecian al descender por los ríos.
Por la nieve o por el agua, Bariloche deslumbra con su belleza natural, por lo que otra forma de conocer sus rincones es surcando su cielo en parapente y admirar las imponentes cordilleras andinas bañadas del blanco de la nieve.
Al finalizar el día los turistas pueden cerrar con broche de oro degustando unos humeantes fondues y las tradicionales truchas, jabalíes, ciervos y quesos ahumados. Además, no puede faltar una visita a las chocolaterías, en donde el producto se elabora a la vista de los presentes.