Muere Felix Baumgartner, el hombre que saltó desde la estratosfera
Felix Baumgartner, el atleta extremo que en 2012 se lanzó desde el borde del espacio y rompió la barrera del sonido en caída libre, murió este jueves 17 de julio de 2025 en un accidente de parapente en Italia. Tenía 56 años.
El austríaco sobrevolaba la costa adriática, cerca de Porto Sant’Elpidio, cuando perdió el control de su parapente motorizado y cayó sobre una estructura de madera junto a la piscina de un resort familiar.
Según medios locales, una empleada del hotel resultó herida por los escombros.
Baumgartner murió en el lugar del impacto. Horas antes había publicado una historia en Instagram que decía simplemente: “Too much wind” (demasiado viento).
El salto que cambió la historia
Felix Baumgartner no solo fue un temerario: fue un símbolo de lo que significa llevar el cuerpo y la mente más allá de lo imaginable.
En octubre de 2012, se subió a una cápsula atada a un globo de helio, ascendió casi 39 kilómetros sobre el desierto de Nuevo México y saltó hacia la Tierra. En su caída libre, alcanzó una velocidad máxima de más de 1.300 km/h, rompiendo la barrera del sonido y tres récords mundiales.
Ese salto, patrocinado por Red Bull y visto por millones en vivo, lo convirtió en una leyenda del deporte extremo y en un ícono pop de la era de YouTube: el tipo que se atrevió a mirar al vacío desde el espacio y saltar.
La vida entre la adrenalina y el riesgo
Nacido en Salzburgo, Austria, Baumgartner dio su primer salto en paracaídas a los 16 años y más tarde se unió al ejército austríaco como paracaidista. En los 90 se volvió una figura del salto BASE, lanzándose desde rascacielos, puentes y montañas.
Saltó desde las Torres Petronas en Malasia, desde el Cristo Redentor en Brasil y cruzó el Canal de la Mancha con alas de carbono. Su apodo era “Fearless Felix” — Felix el intrépido —, aunque él solía decir que el miedo nunca desaparecía, solo se aprendía a escucharlo.
El último vuelo
El alcalde de Porto Sant’Elpidio, Massimiliano Ciarpella, confirmó la noticia en redes sociales:
“Nuestra comunidad está profundamente afectada por la trágica desaparición de Felix Baumgartner, una figura de renombre mundial, símbolo de valentía y pasión por los vuelos extremos.”
Según las primeras investigaciones, el accidente podría haberse debido a un error humano o a un problema de salud en pleno vuelo. La agencia ANSA reportó que Baumgartner perdió el conocimiento antes del impacto.
Red Bull, la marca que acompañó gran parte de su carrera, también confirmó su muerte en un comunicado:
“Felix inspiró a millones con su coraje y curiosidad por desafiar los límites. Su espíritu seguirá vivo en quienes sueñan con volar más alto.”
Un legado que sigue cayendo en cámara lenta
En una época saturada de récords y virales, Baumgartner fue algo distinto: alguien que convirtió el riesgo en una declaración estética. Su salto desde la estratosfera no fue solo una hazaña técnica, sino una metáfora de lo humano: atreverse a mirar el abismo y saltar de todos modos.
Hoy, mientras el mundo recuerda su imagen flotando en silencio sobre el planeta antes de lanzarse al vacío, su historia se siente menos como el fin de una vida y más como una lección sobre los límites — y la belleza — de desafiar la gravedad.

